Se habla de fiebre en bebés, cuando la temperatura permanece por encima de los valores normales durante un período de tiempo o más o menos largo. El mecanismo de la fiebre. Los estudiosos sostienen... La mayoría de los niños se sentirán mejor cuando la temperatura baje aunque sea un solo grado. Un baño de agua tibia o baño de esponja puede ayudar a bajar la fiebre. Estos baños funcionan mejor si el niño también recibe medicamentos; de lo contrario, la temperatura podría subir de nuevo inmediatamente. Se considera que un niño tiene fiebre cuando la temperatura tomada en la axila está por encima de los 37,1ºC. Hasta los 38,1ºC hablamos de febrícula, si alcanza los 38,5ºC es fiebre leve, hasta los 39º C es moderada y por encima de 39º, es alta. La mayoría de los médicos y la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés), coinciden en que la temperatura corporal normal de un niño sano está entre 36 y 38 grados centígrados (97 y 100.4 grados Fahrenheit). Si la temperatura de tu hijo supera los 38 grados C (100.4 grados F), tiene fiebre. 2. Superar los 38 grados ya es un síntoma de fiebre cuando medimos nuestra temperatura corporal en la axila (hay que restarle medio grado de media si la medimos en la boca o el recto). Si tu bebe tiene fiebre y diarrea a la vez podemos estar frente a una enfermedad viral, no es grave pero deben mantener al bebe con abundantes líquidos.. Se considera que un bebe tiene diarrea si evacua más de las veces que comen, es importante siempre observar las heces de tu bebe; siempre que la mantengas en observación podrás saber si todo está bien. Es el caso contrario a la fiebre, se conoce como hipotermia y se considera como tal cuando la temperatura corporal es menor de 35 ºC. Un bebé poco abrigado en su cochecito y sometido a viento fuerte, un niño que está en la piscina, no quiere salir de ella y tiene los labios morados, o un recién nacido con poca ropa pueden padecerlo. Lo primero que debemos saber es que la fiebre no es sinónimo de gravedad, al contrario, la fiebre puede convertirse en una ‘aliada’. Nos alerta de que se está produciendo algún proceso infeccioso, generalmente benigno, en el organismo del niño, ayudando a su detección. No obstante, hay que tratarla. Cómo, os lo explicamos a continuación Si eres un padre probablemente sabes de primera mano lo terrible que es cuando tu niño tiene fiebre alta. Añade un pulso acelerado en reposo a eso y tienes una receta para el pánico parental. Sin embargo, antes de salir corriendo con tu hijo a la sala de emergencias, recuerda que tanto las fiebres altas como el pulso acelerado en reposo van de la mano y son bastante normales. La temperatura normal de un bebé es entre 36,5- 37,5 ºC, sin embargo, dependerá del sitio donde es medida y el aumento de la temperatura corporal sólo se considera fiebre cuando alcanza los 38ºC, antes de esto se considera que es sólo una febrícula, que generalmente no es motivo de preocupación.
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